La papeleta



Una amiga uruguaya nos facilitó el papel mediante el cual la dictadura militar clasificaba a las personas como si fueran ganado. Todos los funcionarios públicos y los trabajadores de la enseñanza eran sometidos a un extenso cuestionario. Luego de una ardua y prolongada declaración, el Servicio de Información de Defensa te encasillaba —de acuerdo a su propio criterio— en la categoría A, B ó C.
A significaba que no representabas peligro. Si te catalogaban con la B, eras un ente ambiguo que debía ser vigilado. Y si te clasificaban como C, eras comunista, militante y con ideas de izquierda, es decir que representabas una seria amenaza a la que había que controlar con mucho cuidado.
Sólo la categoría A te habilitaba para ejercer un empleo público. Las categorías B y C te prohibían desarrollar numerosas actividades, de acuerdo a tu grado de peligro.
En este caso —y afortunadamente— nuestra amiga "no registra anotaciones negativas".

Además de pasar por esta circunstancia, si entrabas en alguna depencia pública eras obligado a enrolarte como reservista.

Marisa, de Salto, nos cuenta:


Me acuerdo que tuve que ir al cuartel y te averiguaban todo lo que sabías
hacer. Si sabías tirar armas de fuego, nadar o en qué cosa te
destacabas más, y entonces quedabas a la orden por si había guerra.











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