Desaparición con vida y sin castigo a los culpables



Luego de la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Jorge Julio López, un ex-albañil de 77 años, brindó testimonio para encarcelar a Miguel Etchecolatz, un oscuro brazo de la tortura y la represión que cometió crímenes de lesa humanidad mientras se desempeñó como director de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires durante el último gobierno de facto.

Jorge Julio López fue secuestrado en octubre de 1976 y en esa condición fue mantenido casi tres años. Fue un desaparecido de la dictadura. Estuvo detenido en la comisaría quinta y en la comisaría octava de la Plata, y también en el destacamento policial de Arana, conocido como el "Pozo de Arana", donde fue torturado por el propio Etchecolatz. Aunque sobrevivió para contarlo, hoy es un desaparecido de la democracia desde el 18 de septiembre de 2006, fecha en que salió de su casa para participar de la audiencia de alegatos contra el represor y nadie más lo volvió a ver.

¿Qué clase de impunidad puede desaparecer dos veces a una misma persona?
¿Se conoce algún episodio tan macabro en la historia de las pesadillas?

En Argentina, las oscuras fuerzas de la represión siguen vigentes. Desde la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto final, poca es la derogación que hubo y mucha es la impunidad que queda. Actualmente, las causas abiertas por los crímenes de la última dictadura no llegan a 100, mientras que 9.000 personas que han integrado el aparato represivo de aquella época siguen ocupando cargos en diferentes estamentos del Estado. Apenas un irrisorio porcentaje de los más de 3.500 represores denunciados e identificados se encuentra bajo arresto, la mayoría de ellos en detención domiciliaria, donde difrutan de numerosos privilegios.

¿Es acaso la democracia el ansiado fin de la dictadura?
¿O es su patética continuación con otro nombre?


"Desaparecer a los desaparecidos" , dice Claudia Korol. Y el pasado sigue siendo.
"30.001" dice la agrupación periodística La Vaca. Algunos dicen que son más.