INTA Cruz del Eje

En Cruz del Eje nos entrevistamos con el Ingeniero Agrónomo Eduardo Orecchia, director de la Unidad de Extensión local del INTA.


Los principios de Inta, al crearse, fueron competitividad, equidad y sostenibilidad. Siempre se trabajó en la competitividad, o sea en la mejora tecnológica, pero recién en estos últimos años se comenzó a trabajar en lo que es equidad y sostenibilidad. Y siempre se veía al productor rural como aquel productor familiar o empresario con su campo, en este momento se trabaja mucho con otros conceptos como agricultura urbana y soberanía alimentaria.
El programa pro-huerta apoya en principio a todos aquellos grupos con necesidades básicas insatisfechas, tanto en ámbitos rurales como urbanos. La tecnología y las semillas que se proporcionan son tradicionales, es decir, sin transgénicos, sin agroquímicos, por eso son orgánicas.

¿El Inta trabaja con transgénicos?
No a gran escala… ni en la competencia con grandes monopolios como es Monsanto.
Los organismos genéticamente modificados en el agro son el maíz, la soja y el algodón. En esta zona al menos aún el Inta trabaja con las semillas tradicionales de algodón. Pero el Inta está estudiando e investigando la modificación genética.


¿Y las opiniones dentro del Inta respecto a la transgenia son unánimes?
No. Es muy difícil. Se ha discutido mucho y cada integrante tiene una posición distinta. El tema es para quién trabaja el Inta, para quién debe trabajar el Inta. No hay una posición única respecto a determinados temas.
¿Para quien trabaja el Inta? ¿Para el pequeño producto? ¿Para el mediano? ¿Para la gran empresa? Hay una exigencia por parte de las empresas que aportan. Dicen: "Nosotros también necesitamos y queremos que el Inta trabaje para nosotros." Y dentro de los objetivos del Inta está trabajar con todo el mundo... de diferente manera, por eso hay distintos proyectos... porque hay quienes tienen mayores posibilidades, y otros que no...
Antes se trabajaba más con la brecha que iba del mediano al gran productor, aportando tecnología. Pero en los últimos tiempos es totalmente al revés, aportar tecnología que pueda adaptar la agricultura familiar.


Ahora... ¿el Inta puede salir a decir que todos deben ser cultivos orgánicos? No, pero debe haber sostenibilidad, ese es uno de nuestros principios, entonces tiene que ver la forma de utilizar menos agroquímicos, eliminar los agro-tóxicos, investigar químicos menos dañinos... Lo ideal es que se produzca sin la necesidad de aplicación de químicos, de manera orgánica y natural, que no generen contaminación de napas, del aire, ni humana. Claro... pero la realidad es que para la rentabilidad de los grandes productores eso es imposible. Ahora, pensémoslo así: si bien producir sin químicos es más caro, cuando todo el mundo tenga que producir de esa forma, entonces habría un equilibrio y sería económicamente rentable trabajar así, el tema es conseguir que todo el mundo haga lo mismo. De hecho, antes no existían estos productos y se producía así... Luego llegó la revolución verde, donde era todo aplicación de agroquímicos, mayor productividad, mayor productividad... Y esta contaminación tremenda que existe en el planeta, de napas, de suelo, no era tal hace algunos años.

Europa, que ha producido toda su vida de esa manera intensiva, ahora tiene todas las napas contaminadas, tiene que hacer grandes recargas de acuíferos. Eso existe, la contaminación con nitratos, el consumo de urea, que es un fertilizante utilizado a gran escala y contamina las napas. Con respecto al glisfosato, por ejemplo Roundup que produce Monsanto, se dice que cuando toca el suelo se produce una descomposición y no habría contaminación ni de napas ni del suelo. De todas maneras hay contaminación en las aplicaciones, en el ambiente, etc... Pero hay mucho peso, como en todo, de ciertas cuestiones económicas... los resultados de los estudios... qué se yo.

Es el tema de este siglo: comemos sano o comemos contaminado, o comemos lo que comemos, lo que hay...
Hay quienes dicen que a pesar de la comida contaminada y la polución y demás, la vida se ha extendido en promedio. Claro, pero los avances de la tecnología médica han permitido esto, pero si no hubiese contaminación estoy seguro que sería mayor... o al menos de mejor calidad.
Yo trabajo justamente en un proyecto del Inta que es sobre el problema de la capa de ozono y cómo se ha expandido. Hay productos como el bromuro de metilo que es una sustancia llamada SAO (sustancia agotadora de la capa de ozono). Argentina firmó el protocolo de Montreal, que acuerda la eliminación del bromuro de metilo (de forma total para el 2015) y es el Inta el encargado de buscar las alternativas a esa sustancia y promover su eliminación. Sin embargo, respecto al tema de los resultados de estudios que te decía, uno encuentra artículos que dicen que disminuyó el agujero de ozono, es decir, hay intereses por que se siga utilizando el bromuro de metilo. Otras voces dicen que la Tierra en miles de años se ha ido acomodando a las agresiones que se le han echo, es decir que también se va a acomodar a la emisión de gases... ¡Imaginate!


También leía el otro día que los gringos dicen que es el metano de las heces de las vacas lo que produjo el agujero de la capa de ozono… ¡¡Qué caraduras!!! Ahora resulta que tienen la culpa nuestras vacas, no sus aire acondicionados.

Existe una planificación agrícola? Una clasificación u organización de cultivos de parte del Inta, de tierras cultivables para determinado tipo de semilla?
No. Planificación agrícola no ha habido nunca en el país, ni creo que vaya a haber en mucho tiempo. A pesar de que todo el mundo sabe que el monocultivo de soja o la sojización en el país a corto plazo o a mediano plazo va a producir problemas en la sustentabilidad. Es un echo eso. Pero nadie se anima a darle la puñalada a la soja porque todo el mundo ahora come de la soja. Aunque se sepa que ese monocultivo va a producir fallas en la sustentabilidad. Nosotros trabajamos en desarrollo sostenible, pero no podemos meternos en planificación agraria. Sugerimos rotación de cultivo, promovemos otro tipo de agricultura, pero la plata es la que manda. Y ahora con el tema del biodiesel, mucho peor, porque se va a necesitarmás soja.
En nuestra región nosotros planteamos el no ingreso de la soja, y trabajamos para el mantenimiento de otro tipo de cultivos (por la expulsión de mano de obra que produce).
Nuestras tierras que tienen un extenso sistema de riego, tienen que dedicarse a otro tipo de cultivo como la chacra de tomate, cebolla, ajo, etc... y no dedicarse a soja o a ganadería. Sin embargo, eso está ocurriendo: la soja expulsa al ganado y el ganado expulsa a los hombres.
La provincia de Córdoba tiene un gran ingreso a través de la soja. Todo el sur de la provincia está ocupado por agricultura intensiva de este tipo. La relación que hay entre en ingreso de la soja y el ingreso de las producciones locales como la del olivo o el olivo es insignificante. Pero si analizamos desde el punto de vista socioeconómico la importancia que tiene el olivo en la región, en todo el arco noroeste de la región, el olivo da trabajo a una gran cantidad de mano de obra, y no así lo da la soja, donde un tipo atiende gran cantidad de hectáreas. El olivo necesita mucha mano de obra para la poda, la cosecha, la extracción del aceite. Es importante que la gente se quede en la zona donde vive y tenga ese tipo de trabajo y que no se los desproteja y se tengan que ir a engrosar los cinturones de pobreza de las grandes ciudades.

¿Qué proyectos está manejando actualmente el Inta en CDE?
Bueno, yo soy el referente para todo Córdoba del proyecto "Tierra Sana" sobre la eliminación de bromuro de metilo. Ese es un proyecto internacional porque hay un protocolo de por medio. Luego hay un proyecto nacional de investigación de varietales de ajo para exportación, que viene funcionando desde hace mucho tiempo. Ese proyecto es exclusivamente tecnológico.
Después hay varios proyectos con gran implicancia social, como el "Pro-huerta", de seguridad alimentaria, y el proyecto "Cambio rural".
El Pro-huerta está dirigido principalmente a grupos con necesidades básicas insatisfechas. El Inta entrega semillas en dos épocas, primavera-verano y otoño-invierno, y además hace un apoyo tecnológico para la creación de la huerta orgánica. También entrega gallinas, en algunos casos conejos, según las particularidades de cada lugar.
El Proyecto "Cambio Rural" ya apunta a otro nivel de productores con más cantidad de tierras, el mediano productor, a quien se asigna un técnico que tiene una relación más permanente.
Y después tenemos los proyectos regionales. En nuestro caso trabajamos con tres proyectos: El proyecto regional caprino, el fruti-hortícola y el ganadero.
El caprino es el que tiene mayor implicancia social. Se trabajan grupos de economía de subsistencia, con productores muy alejados de los centros poblados, en zonas sin riego, a los que acercamos tecnología que se adapte y mejore la calidad de la producción. Pero también está relacionado al proyecto minifundio caprino, que tiene mucha más implicancia social, donde se trabaja no sólo el tema tecnológico sino también asociativismo, organización.
Mediante una donación se entregó una cierta cantidad de cabras de raza Saanen a productores de bajos recursos pero con un nivel de organización mayor. Sólo se requerían tres cualidades: la palabra, la responsabilidad y la posibilidad de ahorro, es decir de invertir en mejorar el espacio, reformar los corrales, y aguantar. Utilizar las cabras para la leche, no vender el cabrito chiquito, eso hace que se pueda reproducir y extender esta especie. Es una especie lechera muy buena, duplica la cantidad de leche entregada por otras especies.
Por cada cabrita entregada a estos productores, ellos tienen que devolver en el lapso de 6 años, tres cabritas. Esas cabritas se le entregan a los productores minifundistas, con menores capacidades de ahorro y con economías mucho más básicas.


El proyecto "Recuperación de la producción algodonera y la diversificación productiva" trabaja con "Minifundio algodonero", que es otro de los proyectos que tenemos. La producción de algodón en la zona pasó de 6.000 hectáreas a sólo 1.000. Este proyecto se apoya sobre tres patas: una es el Inta, otra es una asociación de productores del noroeste de la provincia (Apenoc), y la otra es una cooperativa que aporta la semilla. La asociación de productores tiene un grupo de técnicos, médicos y abogados que hacen otro tipo de apoyo, como en el tema de sanidad, la cual está contemplada dentro del proyecto. Y todo eso, como te decía, tiene que ver con el desarrollo regional, la interacción de profesionales de diversas áreas, nosotros y los productores.
Se trabaja en un rescate de la semilla de algodón tradicional de la región y la inclusión de otros cultivos, por un tema de sutentabilidad y económico. El algodón es multiplicador de mano de obra.
Un muy buen cosechero de algodón, muy experimentado, puede cosechar entre 80 y 100 kilos por día. Teniendo en cuenta que una chacra de algodón puede dar entre 2000 y 3000 kilos, vos necesitás entre 30 y 40 jornales para cosechar una hectárea de algodón. Y hay 1.000 hectáreas cosechadas, pero antes había 6.000 Imaginate...


¿Y que pasó con esas 5000 hectáreas?
Bueno, justamente con la agriculturización vino mucho dinero de la soja a comprar esas tierras. Y algunos productores vendieron engañados y por necesidad, pero muchos otros fueron usurpados... Ese es otro grave, gravísimo, problema en la región. Alguna gente que vive hace treinta, cincuenta o cien años en la región y que no tiene los papeles de posesión porque siempre ha vivido allí, vienen y los desalojan de formas non santas. Ellos (los que los desalojan) pueden pagar abogados, ladrones de guante blanco para quedarse con las tierras.
Pero agrupaciones como Apenoc trabajan para detener esos procesos... Es muy importante que ellos, los productores, estén unidos.
En el caso de la aceituna, el pequeño productor no está tan desprotegido, porque el precio de la aceituna está bastante bien. Lo que sí estamos haciendo desde el Inta es trabajar con la caracterización del aceite de oliva de Cruz Del Eje. En eso trabajamos junto con la Universidad de Córdoba.

Continuando con las actividades del Inta, otro de los proyectos en el que participamos es el IPAF, Instituto de la Pequeña Agricultura Familiar. El IPAF, junto a otras organizaciones, en esta zona está trabajando sobre la utilización del agua de la margen izquierda del dique Pichanas. La tenencia del agua es muy importante en esta zona, y da mucho, mucho poder a quien la tiene.

¿Y quién explota la margen derecha?
Los poderosos.

¿No hay una legislación previa sobre la utilización del agua de los embalses?
No. Son cuestiones políticas. El agua da mucho poder y mucho dinero.

Como te decía, otro proyecto regional es el de apoyo al desarrollo territorial, que implica la parte tecnológica pero también la parte de desarrollo territorial, lo que significa no sólo el espacio físico sino hasta donde llegan las relaciones humanas y/o las relaciones institucionales. Un territorio puede ser una pequeña comunidad, donde se relacionan los actores de esa comunidad y la comunidad con otros actores sociales. El Inta apoya, incentiva y/o fomenta las mejoras y desarrollo, de mejora de un territorio no sólo en cuanto a lo tecnológico y económico sino también en relación al acceso al agua, a la salud, la posesión de la tierra.
Antes en el Inta sólo había ingenieros agrónomos y veterinarios, ahora en nuestra agencia, por ejemplo, el equipo cuenta con una socióloga, S. Ledesman. Eso da una idea del cambio en el Instituto, aunque nosotros ya veníamos trabajando hace rato en esta línea.
Nosotros este año tenemos varios proyectos específicos, uno de investigación tecnológica, otro de investigación en lo organizacional, otro de mercadeo y finanzas, por ejemplo... luego nosotros somos extencionistas hacia los productores a través de los proyectos minifundios, etc...
El Inta hoy se ocupa de la gestión, que es parte del desarrollo también, apoyo a todo lo que sea organizacional.


¿A qué se debe el cambio de lo puramente tecnológico al desarrollo social?
Alrededor de 1999, el Inta estuvo a punto de cerrar, porque en esa época no sólo era tecnología e investigación pura sino que no había que hacerla acá, era todo importado: los productos, las tecnologías y las ideas. Por eso el Inta estuvo a punto de ser cerrado. Hoy tenemos un presupuesto 4 veces mayor que en ese momento, pero en ese momento se desfinanció el instituto y se congelaron los cargos, el promedio de edad de los ingenieros era de 50 años. Eso es firmar una quiebra. Alguien que no tiene plata para funcionar termina cayendo, en esa época en que todo se compraba, todo se vendían, el país se vendió... se vendió el petróleo, se vendieron las tierras... y el Inta estuvo a dos meses de quebrar. Luego se fue el innombrable, cambió la voluntad política y se le devolvió la autarquía.

¿Y cómo se salvó el Inta?
Hubo un apoyo importantísimo de un sector "político" dentro del Inta, que son los concejos regionales formados por entidades como la comunidad científica, la Federación Agraria, etc...
El Inta está conformado por dos ramas: una técnica y otra política.

¿Qué características productivas tiene esta región?
En la región tenemos 200 productores olivícolas, aproximadamente 140 productores algodoneros, 400 productores cabriteros, 40 ajeros... La producción de tomate bajó muchísimo… quedarán 20 ó 30, de más de 100 que había. Pero el descenso fue general: de más de 1.000 productores que había en la zona, hoy sólo deben quedar 400 dentro del área de riego. Y eso se produjo durante el 1 a 1, que expulsó una cantidad de productores (porque no se exportaba) y con este cambio de nuevos "productores" de mucho dinero. 200.00 pequeños productores del país fueron expulsados del campo en esta agriculturización. Se vendieron las tierras a muy bajo precio y ahora las explotan los Pool de siembra, que son equipos de técnicos y gerentes que reciben inversiones para siembra de soja, que casi no ocupa nada de mano de obra. Funcionan como accionistas.
¿Vos querés una agricultura sin agricultores como esa?

No.

Yo tampoco.