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Muburucuyá, la capital del chamamé, esa melodía que tanto se envuelve con el guaraní y cuyos orígenes se extravían en los remotos enigmas de la historia, pero cuyo presente late vivo en la tradición de su gente.
Mburucuyá, la flor que atrapa la mirada de los caminantes, el pueblo de las casas bajas de ladrillos viejos, donde cada enero todas sus calles de tierra colorada conducen al gran festival de la música más representativa del Nordeste Argentino.
Muburucuyá, la capital del chamamé, esa melodía que tanto se envuelve con el guaraní y cuyos orígenes se extravían en los remotos enigmas de la historia, pero cuyo presente late vivo en la tradición de su gente.
Mburucuyá, la flor que atrapa la mirada de los caminantes, el pueblo de las casas bajas de ladrillos viejos, donde cada enero todas sus calles de tierra colorada conducen al gran festival de la música más representativa del Nordeste Argentino.