Quizás nuestro destino...




Quizás nuestro destino no dependa tanto de los vínculos económicos, las negociaciones políticas y los acuerdos financieros. Tal vez llegue a tener algún peso la mirada que arrojamos sobre nosotros mismos, el pequeño pero hondamente significativo giro de dejar de sentirnos en la periferia y en un tiempo rezagado con respecto a otros países y otros continentes, y empezar a sentirnos, como nuestros antepasados, en el misterioso y apasionante centro del mundo, en el urgente y decisivo corazón de la historia.

William Ospina

(continúa en Invocaciones)