La división de los vencidos

La división es la más antigua estrategia de dominación desarrollada por los europeos desde que llegaron al continente americano, posteriormente continuada por los señores del Norte.
¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo cómplices?
La entrada de Cortés y Pizarro hubieran sido imposible si no hubieran sabido explotar las rivalidades imperantes entre las comunidades indígenas. La guerra fratricida entre Huáscar y Atahualpa favoreció el saqueo de Perú. Los favores del aparato colonial adornaron a unos y despojaron a otros. Cuando llegaron los africanos para servir de mano de obra en las minas y plantaciones, explotaron antagonismos y discrepancias entre indígenas y negros, fomentaron enemistades entre los mismos negros e instituyeron el racismo como andamiaje ideológico de dominación. Las tropas que cargaron contra Palmares, el reducto de resistencia negra en Brasil, era un ejército conformado por soldados negros. Durante la época republicana, el ejército que asesinaba a machetazos a los indígenas guatemaltecos estaba conformado por milicias indígenas. Las guerras más nefastas de la historia latinoamericana fueron instigaciones británicas para sacar provecho de las masacres perpetradas entre países vecinos que arremetían uno contra otro. La Guerra de Paraguay (1864-1870), la Guerra del Pacífico (1879-1883) y la Guerra del Chaco (1932) tuvieron claros vencedores: Inglaterra y Estados Unidos. Panamá fue separada de Colombia en provecho de los negociados estadounidenses en el Canal, y durante la Guerra de Malvinas, Chile prestó ayuda y colaboración al ejército inglés. Honduras y Costa Rica cooperaron para boicotear la Revolución Sandinista en Nicaragua, y todos los países de América acataron las órdenes de Estados unidos cuando Cuba fue condenada a la soledad y al bloqueo.